El pasado 18 de Noviembre, los alumnos del tercer ciclo de Educación Primaria viajaron hasta Zamora para asistir al Centro de Enseñanza GAGO y participar en dos talleres.
Salimos temprano y a las diez y media de la mañana llegábamos a Zamora.
El viaje en el autobús fue divertido. Aunque parezca increíble no callaron un momento. Estaban como nerviosos pensando en cómo resultaría la excursión.
Nos dividimos en dos grupos y mientras unos descubríamos las partes y órganos del cerdo, observando y tocando para apreciar su peso, tamaño, color, textura... y descubrir la semejanza que tienen los órganos del cerdo y del hombre a través de juegos didácticos y productos frescos reales, otros analizábamos la matanza casera y sus especias, amasábamos manualmente "El Mondongo" y embutiamos y atábamos chorizos.
Todos colaboramos en la fabricación del chorizo, pesamos los ingredientes en la báscula, respetando la fórmula que nos enseñaron y después nos pusimos unos mandiles, nos arremangamos y metimos las manos y amasamos (10 movimientos cada pareja) la mezcla de todos los ingredientes. Lo que más nos llamó la atención fue el olor a las especies, el pimentón y el orégano.
Las manos se nos tiñeron de rojo y entre los dedos se nos quedaba pegados parte de la mezcla que el monitor nos retiraba sin dificultad y después de lavarnos las manos ya estábamos listos para ver colocar la tripa en la máquina y empezar a hacer un larguísimo chorizo que después el encargado paertía en trozos que teníamos que atar. Eso de atar los chorizos fue lo más complicado.
Lo más divertido fue el taller de "Mi cuerpo serrano". Nos sentamos en un aula y observamos que había una mesa alargada en la que había algo tapado con una sábana.
Una vez que nos enseñaron las partes del cuerpo del cerdo en una diapositiva vino lo divertido. La monitora metía las manos debajo de la sábana y empezaba a sacar partes del cuerpo de animales. Lo primero fue un jamón. Lo tocamos, lo olimos, lo palmeamos para escuchar cómo sonaba, luego la paletilla, el espinazo y ... todos los órganos del cerdo y algunos de cordero y de vaca. Cada vez que metía la mano debajo de la sábana, nos iba llamando, nos ponía un gorro (ya nos habíamos colocado unas batas) y nos ofrecía coger algún órgano y poco a poco fuimos viendo el corazón, los riñones, la lengua, las costillas, el esófago, la tráquea ... FUÉ MUY INTERESANTE
A media mañana, como si fuera el recreo nos fuimos al Parque de Valorio, que estaba al lado y nos ofrecieron un sandwich. Pero lo realmente divertido fue la comida. Todos sentados alrededor de la mesa compartiendo los múltiples platos de macarrones - que estaban buenísimos- y la carne que se la comieron con ganas, les motivó muchísimo. Nos contaron chistes, se derramó alguna botella de agua ... pero disfrutaron. LA CONVIVENCIA RESULTÓ MUY POSITIVA
Salimos temprano y a las diez y media de la mañana llegábamos a Zamora.
El viaje en el autobús fue divertido. Aunque parezca increíble no callaron un momento. Estaban como nerviosos pensando en cómo resultaría la excursión.
Nos dividimos en dos grupos y mientras unos descubríamos las partes y órganos del cerdo, observando y tocando para apreciar su peso, tamaño, color, textura... y descubrir la semejanza que tienen los órganos del cerdo y del hombre a través de juegos didácticos y productos frescos reales, otros analizábamos la matanza casera y sus especias, amasábamos manualmente "El Mondongo" y embutiamos y atábamos chorizos.
Todos colaboramos en la fabricación del chorizo, pesamos los ingredientes en la báscula, respetando la fórmula que nos enseñaron y después nos pusimos unos mandiles, nos arremangamos y metimos las manos y amasamos (10 movimientos cada pareja) la mezcla de todos los ingredientes. Lo que más nos llamó la atención fue el olor a las especies, el pimentón y el orégano.
Las manos se nos tiñeron de rojo y entre los dedos se nos quedaba pegados parte de la mezcla que el monitor nos retiraba sin dificultad y después de lavarnos las manos ya estábamos listos para ver colocar la tripa en la máquina y empezar a hacer un larguísimo chorizo que después el encargado paertía en trozos que teníamos que atar. Eso de atar los chorizos fue lo más complicado.
Lo más divertido fue el taller de "Mi cuerpo serrano". Nos sentamos en un aula y observamos que había una mesa alargada en la que había algo tapado con una sábana.
Una vez que nos enseñaron las partes del cuerpo del cerdo en una diapositiva vino lo divertido. La monitora metía las manos debajo de la sábana y empezaba a sacar partes del cuerpo de animales. Lo primero fue un jamón. Lo tocamos, lo olimos, lo palmeamos para escuchar cómo sonaba, luego la paletilla, el espinazo y ... todos los órganos del cerdo y algunos de cordero y de vaca. Cada vez que metía la mano debajo de la sábana, nos iba llamando, nos ponía un gorro (ya nos habíamos colocado unas batas) y nos ofrecía coger algún órgano y poco a poco fuimos viendo el corazón, los riñones, la lengua, las costillas, el esófago, la tráquea ... FUÉ MUY INTERESANTE
A media mañana, como si fuera el recreo nos fuimos al Parque de Valorio, que estaba al lado y nos ofrecieron un sandwich. Pero lo realmente divertido fue la comida. Todos sentados alrededor de la mesa compartiendo los múltiples platos de macarrones - que estaban buenísimos- y la carne que se la comieron con ganas, les motivó muchísimo. Nos contaron chistes, se derramó alguna botella de agua ... pero disfrutaron. LA CONVIVENCIA RESULTÓ MUY POSITIVA
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