El pasado viernes, nuestros alumnos/as de 4 y 5 años llevaron a Correos su carta dirigida a sus Majestades los Reyes Magos.
El día anterior la escribimos, mejor dicho, la dibujamos. Precisamente su preocupación era ésa:
-¿Cómo van a saber los Reyes el regalo que me gusta, si yo no sé escribir todavía? - Decían y pensaban al unísono los enanos.
-No os preocupéis, son tan mágicos que hasta eso lo resuelven sin equivocarse, sentencié yo.
Las dudas se disiparon al instante.
Una vez la carta estuvo terminada y guardada en su sobre correspondiente alguien dijo:
-Seño, seño, ¿por qué no pegamos la foto de "Moli" (nuestra mascota) en el sobre y así se la presentamos a los Reyes para que la conozcan?
¡Hecho! Todos llevaban a "Moli" en su sobre.
Y llegó el viernes, y con él, el autobús que nos llevaría a Correos. El sólo hecho de viajar en autobús ya era atractivo, cuanto más hacerlo con sus compañeros y la finalidad del viaje.
Llegamos temprano, para ver a los carteros antes de que salieran a realizar el reparto.
¡Qué amabilidad! De todo el personal, sin excepción.
Nos sellaron las cartas (el cartero que lo hizo manifestó lo bonitas que iban decoradas) y acto seguido las echamos en un buzón muy especial y, sobre todo, "Real".
Una vez cumplido nuestro cometido inicial, aprovechamos para visitar el Belén del Ayuntamiento y observar las calles y escaparates, que con sus adornos y decoración navideña nos advertían ya, que otro año más la Navidad estaba al llegar.
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