Estas felicitaciones no eran invisibles.Todo lo contrario. Se veían y muy requetebién porque además de ser preciosas estaban hechas con todo el cariño del mundo.
A los niños de este cole les encantó la idea de escribir y adornar una felicitación, meterlas todas en una caja y que cada uno cogiera una al azar. ¡SORPRESA! ¿Qué tendrá escrito la felicitación que mi mano inocente ha sacado? y ¿Quién habrá sido el compañero y amigo invisible que la habrá decorado?
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